La unión de Ciencia y Arte no es nada fácil. A pesar de los intentos de favorecer sus relaciones, sigue siendo un campo abierto, y apasionante. Por ello son muy meritorias las Jornadas de Divulgación Innovadora que se han llevado a cabo en Zaragoza, en su ya emblemático edificio flexible Etopía durante los días 26 y 27 de octubre. Entre las múltiples actividades, que compusieron dos intensos días, destacaré la que más me llamó la atención. Se trata de Molecular Plasticity. La relevancia de las proteínas dúctiles.
No es frecuente encontrar una performance que, de modo excelente, aúne música actual, imágenes creativas, danza contemporánea e ideas científicas que aún no han llegado a los libros de texto. El público asiste a la presentación de la Ductilidad en un espectáculo en tres actos, como si de una obra de teatro se tratara, y acompañado de música, textos, imágenes, danza y una mínima coreografía encajada muy bien con el mensaje.
Como divulgación científica que es, la performance informa de la importancia de ciertas proteínas y de ciertas regiones en ellas que se caracterizan por ser aparentemente irrelevantes, puesto que carecen de estructura. Las investigaciones científicas recientes han descubierto, por el contrario, que, gracias a su promiscuidad, son decisivas para la evolución, entre otros muchos campos, que se enumeran pormenorizadamente. Pero el espectáculo no es una conferencia. Desde el comienzo, la música da la clave: es llamativa, moderna, más pautada en el primer acto, más modulada y sorprendente en el segundo, al servicio de los participantes (porque el público acaba viéndose implicado) en el tercero. El tratamiento de las imágenes es acorde a la música y al texto, a veces son artísticas, a veces simbólicas, a veces figuras sacadas directamente de artículos científicos.
Pero el espectáculo tampoco es un mero videoclip: cuenta con la puesta en escena de una bailarina que da presencia ya a la forma de las cosas (una silla, unas alas), ya a la ductilidad (asombrosa interpretación plástica de un concepto abstracto), ya al cuerpo en tensión, ya a una planta agotada por la sequía. Finalmente, el público se ve implicado de dos modos: en el tercer acto, es invitado a salir al escenario para hacerse partícipe de lo que allí ocurre y, cuando acaba la función, se ve interpelado por una conclusión: lo raro, incluso lo informe, puede ser la clave para salir de situaciones angustiosas, de modo que hay que abrir la mente a lo dúctil, a lo flexible.
Nos encontramos ante un planteamiento que destaca por el modo en que “riman” los distintos niveles artístico-científicos. De ahí que, oportunamente, se cierre con una cita del filósofo ya clásico George Santayana.
A todo aquel que, cuando va al cine, prefiere una buena pelí a una más taquillera, le recomiendo que procure asistir a la performance Molecular Plasticity allí donde se la encuentre.
Crónica: Daniel Moreno
Departamento de filosofía
IES Miguel Servet, Zaragoza
Molecular Plasticity, es un proyecto de La Ciència Al Teu Món i de Inmaculada Yruela, investigadora del Grupo de Biología Computacional y Estructural de la Estación Experimental de Aula Dei (CSIC), y cuenta con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología – Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y el Gobierno de Aragón.
Idea original y dirección: Roberto Torres, La Ciència Al Teu Món
Dirección científica y responsable del proyecto: Inmaculada Yruela, Estación Experimental de Aula Dei (CSIC).
Bailarina y performer: Laia Mora
Música: Pablo Volt
Desarrollo multimedia: Sebastian Jara, Pablo Volt y Roberto Torres
Producción: Ciència Al Teu Món